Un cambio con sello propio
Atendiendo en primer lugar a los usos cotidianos de esta pareja, priorizamos en aspectos de almacenaje y cocina, consiguiendo un cambio muy interesante, consiguiendo ubicar un pequeño trastero, básico para su día a día. Alrededor de este espacio nos asomamos al salón creando un modulo lacado que sirviera de apoyo para el espejo y ocultara un mueble bar y un armario para la mantelería.
El salón, debía acoger una estantería modular, una cómoda antigua y un conjunto de obra pictórica, que una vez ordenada se tradujo en un espacio cambiante en el que las diferentes épocas vividas quedaron representadas. El valor siempre sobresaliente de unas puertas correderas de vidrio, permitió unir ambientes para después separarlos.
Se utilizó como base para contrastar estilos el blanco además del color lima como realce de alguna pared. Este color aportó la frescura que ella necesitaba encontrando así el apoyo de la temática taurina de algunos de los cuadros de él. También utilizamos el negro para los perfiles metálicos de las puertas correderas insistiendo incluso con este color en el vidrio de la puerta de acceso a los dormitorios, como frontera entre la reforma y una intervención algo más contenida del resto de las estancias de la casa.