Nos cuesta casi siempre pensar en este color, y sin embargo, una pincelada de amarillo en un interior es suficiente para levantar un espacio apagado y sirve para vitalizarnos. Hacemos casi siempre de la costumbre una rutina, y repetimos sin cesar esquemas de color que aparentemente son adecuados, sin atrevernos a dar otros pasos, demasiado miedo a equivocarnos…
El color es más trascendente de lo que creemos, somos mucho más sensibles de lo que pudiéramos pensar. A través de un curso sobre el color y su influencia fui consciente de su importancia, de cómo nos condicionan unos y otros, siendo absolutamente inconscientes. Los niños viven el color sin condiciones, lo integran, es algo natural, quizás debiéramos de recordarnos que la vida es más bella a través de los colores, y disfrutar más de estos matices, más de lo que nos permitimos.
…Por Loidi Etxarri Interiorismo…