Estado propicio para cualquier creación del espíritu, en especial aquel en que el artista produce su obra sin esfuerzo aparente y con fluidez… un estado de ánimo.
La inspiración provoca la espiración. Inspiración y espiración forman con su alternancia un ritmo.
La inspiración también es querer y es comprender. Todos podemos practicarla, no nos limitemos solo a experimentarla a partir del fruto de la práctica de otros.
La inspiración no es condición de unos pocos, es una vivencia que se nos brinda para incorporarla a nuestra vida, como incorporamos otros muchos hábitos que ni cuestionamos a pesar de no haberlos elegido.
Practicar a diario momentos de inspiración, detenernos para no vivir siempre en la repetición, o en la imitación, en la limitación y en la confusión.
Estados que permiten abusos constantes, que nos llevan casi siempre a lastimarnos, imponiéndonos a nosotros mismos aquello que no deseamos ni necesitamos.
A mi me inspira el movimiento, la luz de un fresco amanecer, los momentos de tranquilidad, el mar, la palabra escrita.
También me inspiran los retos, la búsqueda de escenarios que no están aún presentes, ser casi un espectador, dejar que sucedan cosas en el tiempo.
Atender las ideas que llegan sin saber con certeza qué o quién las ha producido.
Y dejar que suceda…
··· Por Loidi Etxarri Interiorismo ···