Un objeto habitual entre nosotros, familiar, necesario. Miles de formas distintas, de un sin fin de materiales, de secciones, de curvaturas, ángulos, costuras…
En ellas nos acomodamos para vivir diferentes momentos, en conversaciones íntimas acercándonos entre nosotros, ante un apetecible plato cocinado con detalle y hasta en tensos e interminables momentos, cuando nuestras mentes se encallan, se gritan y nos impiden avanzar.
Juan José nos decía que quien sabía dibujar una silla, era capaz de dibujarlo todo, Joseba y yo sabemos que en él esto se confirmó.
Me gusta mirarlas desde arriba, se presentan con trazos muy diversos, donde el asiento y sus brazos dibujan formas caprichosas.
Me gusta observarlas a distancia, ligeramente ladeadas, para percibir sus curvas, que las harán amables en su aspecto y en su uso, y me gusta siempre probarlas pues no hay placer más sencillo que mover con tranquilidad una silla para sentarse en ella y apoyando tus brazos observar, escuchar o simplemente descansar.
··· Por Loidi Etxarri Interiorismo ···