Los tonos marrones y en intensidad nos gustan. Emergen de ellos conceptos ligados a la tierra, a las raíces, al anclaje. Aportan estabilidad.
Formas diversas pueden combinarse entre sí, redondas, cuadradas, simples líneas, y convivir entre ellas manteniendo su esencia intacta.
En este ejemplo, una pared panelada con un DM lacado en un tono chocolate, representa un inicio desde donde sugerir materiales como el cobre, lanas de tonos cálidos y neutros cuyos dibujos sugieren tactos agradables y también los papeles oscuros, casi negros, sobre fondos ligeramente brillantes o metalizados.
Nos interesa el tránsito entre gamas, y en este caso los vidrios mates pueden ayudar a limpiar y serenar. Todo está por definir, y el secreto está en tomarse el tiempo para ir entendiéndolo. El acierto en el tipo de luz será el secreto para que todo ello se exprese de forma sugerente. La luz del día dará un respiro a esta estancia y nos acogerá cálida y amable.
…Por Loidi Etxarri Interiorismo…