Cuando tenemos ante nosotros un reto, un proyecto que realizar, y sea cual sea su dimensión, es habitual identificar en la fase de distribución algún elemento que lo haga personal. Puede tener simplemente relación con algún material concreto que lo personalice, el suelo por ejemplo, o bien tratarse de algún elemento de mobiliario diseñado por el Estudio que sea clave y pase a formar parte desde un inicio del espacio y su distribución.
Es cierto que en un principio son sólo unos primeros bocetos y que quizás después se maticen y cambien, pero también en ocasiones son los comienzos fieles de lo que después será la fisonomía de una casa, la imagen que la defina y la haga propia y diferente.
Y este es el caso, dos bocetos que iniciaron la representación de lo que después este proyecto de vivienda habría de ser. El paso del tiempo no suele tratar mal a nuestras casas, tienen una lectura atemporal, envejecen bien, tratamos de imprimir cierto sello que las haga tuyas, vuestras, desde un principio.
Es en la fase de distribución cuando se identifican estos aspectos que hacen de nuestros hogares lugares agradables y con encanto. La ventaja es que en cualquier dimensión de espacio esta inspiración puede descubrirse.
··· Por Loidi Etxarri Interiorismo ···