Confía. Le decía que confiara cuando nos conocimos, también por teléfono. No resultaba frío, las palabras se encargaban de ayudarnos a entendernos. Y al final del trabajo, una confidencia…. «Si no me hubierais dado la confianza, la serenidad y el tiempo necesario, no me hubiera decidido». Lo sentimos agradecido y nosotros también lo estábamos, porque entendemos que no tiene que resultar fácil decidir que alguien que no conoces, entre en tu vivienda, en tu intimidad para transformarla; siempre lo hemos considerado como un acto de generosidad. A partir de ese momento, nos volcamos con pasión, respeto y profesionalidad, porque somos eso, profesionales del interiorismo.
El reto era diseñar un dormitorio y dar tono con acierto a un salón, mirado anteriormente por otras personas, por otros ojos… Algo faltaba. Comenzamos a trabajar, ya hay un compromiso, debe ser así. Llega un momento en el que tienes que ponerte en nuestras manos y dejarte llevar, eso sí, para llegar a donde realmente quieres y necesitas, piensa que ese escenario te acompañará durante muchos años.
El proyecto empieza a cobrar vida, buscamos imágenes que nos ayuden a conocer, formas, colores, texturas, diversas opciones que, paso a paso y sin sorpresas, vayan definiendo la atmósfera del espacio. Así comprendemos el proceso, simulando situaciones, escenificando gestos, para entender y acertar. Dibujamos un nuevo espacio manteniendo lo esencial. ¿Qué debería de pasar con la cómoda? la de siempre, la que existía… Supimos que seguiría con ellos, tenía sentido; contenía muchos recuerdos que debían acompañar a esta pareja tan familiar en su cambio. Pero había que renovarla, vestirla para la ocasión, platear sus herrajes, cambiar su color. Sería la base donde las fotos de familia se asientan, donde viven los recuerdos, donde viven ellos en sus sueños.
Es necesario superar los miedos, hay mucho miedo, eso nos ocurre a todos. Miedo a gastar lo que no se quiere, miedo a los gremios, miedo a la falta de cuidado, miedo a confiar y dejar algo de nosotros en manos de los demás. Pero cuando todo esto se supera, cuando se da la oportunidad, cuidamos de la personas, trasmitimos al gremio el respeto necesario en la obra y medimos de antemano las actuaciones, para saber con tiempo y sin prisas cuáles son los pasos a seguir, qué vamos a realizar, cuánto va a durar y cuánto vamos a invertir. Cuando en nuestras vidas tratamos con mimo el detalle y ponemos pasión en nuestras decisiones, casi nunca nos equivocamos, y si ocurre, estaremos a tiempo de rectificarlo.
Muchas gracias por confiar, muchas gracias por hacernos sentir profesionales del interiorismo.
Para ver más sobre este trabajo visitar «Un lugar de descanso propio«.
··· Por Loidi Etxarri Interiorismo ···