Si algo bueno hemos aprendido estos días es a practicar la naturalidad. Para mostrarnos al mundo como somos y nos sentimos, entendiendo un mundo más grande y abierto que nunca desde la ventana de nuestros móviles, tablets… etc.
Sin protegernos en exceso y sin grandes artificios, hemos salido de nuestras casas y nos hemos metido en otras para contarnos, para escucharnos, para comunicarnos. Y es que la comunicación entre las personas es un valor inmenso siempre, más cuando desde el silencio y la calma de un ejercicio impuesto recuperamos algo de nuestra identidad, que en ocasiones ha estado algo perdida entre tanto estimulo e intercambio sin límites.
Aprovechemos el tirón, dejemos la timidez a un lado y abramos desde el trabajo nuevas formas de comunicarnos. Si quieres podremos seguir conectándonos a pesar de iniciar los pasos a una normalización de nuestras agendas. Podremos intercambiar primeras impresiones acerca de lo que te interese, ya sea la idea de reformar tu baño, reordenar un espacio, o para impulsar nuevos tiempos sintiéndote mejor en casa o en el trabajo.